Invisibles somos, entre espanto y ternura andamos … pero si las muertes ocurren fuera de mi campo de visión … ocurrirán realmente?
Algunos piensan que no hay licencia para el horror ante la muerte en un país lejano, si primero no ocurre un proceso de permanente reclamo y queja por las muertes y problemas que ocurren junto a nuestra vida.
Yo creo que nuestra vera puede ser tan larga y ancha como queramos y siento que eso es lo que nos hace dejar de ser habitantes para convertirnos en moradores de la vida. La mía la siento construyéndose allende fronteras y territorios, llegando en barco a donde cualquier cosa ocurre, y emerge, como la vida, del mejor modo posible.
Creo que hay que gritar y andar por cada vida que se apaga violentamente, por cada amor que pliega sus alas, así como el alma se eleva por cada vida que vuela en espiral y se convierte en mariposa. Y creo que ese grito esa queja debe ocurrir desde cuanto somos, y con todo cuanto somos, porque todo ocurre, y acaba ocurriendo, aunque esté lejos para que nuestro cuerpo lo sienta.
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