Soñar lo imposible como modo de activismo

“Life is what happens to us while we are making other plans.” Esta frase atribuida a Lennon pero que fuera inicialmente escrita por Adan Saunders en 1957, parece estarnos pidiendo que dejemos la vida ocurrir aunque no sea la vida que pensamos. Y esta frase -que me trajeron hace unos días envuelta como presente (de hecho muy presente)-, me resulta útil para presentar lo que quiero mostrar hoy:

la necesidad de pensar en grande para armar proyectos y acciones específicas en software libre, cultura libre y conocimiento libre.

Recientemente tuve la oportunidad de leer un libro recomendado por @mapologo, y que me permito recomendarles también: “Achieving impossible things with free culture and commons-based enterprise” de Terry Hancock (está disponible para su descarga desde aquí). Además de las precisiones técnicas, económicas y de administración de empresas de software libre, el libro es un muy buen tratado que invita a pensar y a soñar. A dejar que la vida ocurra o, como dijo el Che a ser realistas y hacer lo imposible.

Comencemos por preguntarnos:

¿Qué resulta imposible en nuestro ahora?

Todo parece indicar que nuestra capacidad de imaginar, soñar y construir utopías está severamente castrada por la visión que tenemos de la realidad. La realidad, entonces, es como una película proyectada frente a nosotros y de ella cada quien parece extraer sus propias conclusiones y percepciones. Estas percepciones pudieran estar, también, condicionadas por varios factores externos e internos pasados y presentes del individuo: su formación, su contexto social y familiar, su modo de vida, su entorno social, laboral sus amigos, los lugares que frecuenta, su permeabilidad a la percepción de otros sobre la realidad … en fin, ver la realidad tal y como ocurre, tal parece, es algo sumamente complejo para la mente humana y mucho más, parece ser, lo es llegar a aceptar que eso que ocurre y que se ve es, en sí mismo y pese a lo que cada uno quiera, la realidad. Es por ello que hay opiniones sobre todo y percepciones tan variadas como irreconciliables sobre temas que no para todos son controversiales. El software libre, la cultura libre y el conocimiento libre son buenos ejemplos de eso.

Diremos entonces que sobre esos tres temas mencionados, hay percepciones sobre la realidad tales que en muchas maneras condicionan los sueños y las utopías que podamos construir para hacerlos posibles. Sin embargo, hay que confiar que mientras nosotros hacemos otros planes con tareas y actividades concretas de difusión, socialización y activismo pro cultura libre, la vida se va encargando de que ésta termine emergiendo y ocurriendo, del mejor modo en que pueda.

Pero no es un tono utópico o irrealizable el que quiero darle a este post.

Quisiera en este punto retomar la conversación sobre el libro. Debo confesar que buena parte del interés del libro comenzó por su título, su índice y luego su apéndice B. Debo confesar también que me he propuesto realizar la traducción del libro, y que he comenzado a hacerlo desde el final asumiéndolo como un proyecto a largo plazo del que iría publicando avance en este medio.

El apéndice B está referido a la incorporación de mujeres a proyectos de software libre. Aunque se muestran muchas generalidades, también creo que básicamente lo mínimo que hay que hacer está allí escrito. El mismo Hancock declara estar convencido de que son generalidades y que en ocasiones no son del todo justas, pero prefiera incluir toda su particular visión sobre el tema, aunque bien apoyado en dos documentos imprescindibles para comprender el tema del género y el software libre (al menos desde una visión anglófona), y que están debidamente citados en el texto. El documento de la traducción pueden verlo desde este enlace AchievingImpossibleThings_ApendiceB.

El resto del libro, no tiene desperdicio. A la luz de los ya clásicos ejemplos exitosos de software libre y empeños (Debian, Wikipedia, Creative Commons y otros), Hancock concluye acerca de lo que debe plantearse cualquier iniciativa de cultura libre para hacerse posible:

1.- Sustentarse en la libertad (Aquí aborda el tema de los licenciamientos)
2.- Crear una comunidad (alojamiento y difusión del proyecto)
3.- Dividir y conquistar (enfocarse hacia un diseño estructural básico y funcional para todo el proyecto)
4.- Crecer en lugar de construir
5.- Ser valiente y establecer metas inspiradoras
6.- Hacer lo imposible (posible)

Los otros apéndices también son densos en información sobre otros temas como estrategias para la mejora de los procesos de producción de software, herramientas útiles en la construcción de comunidades y sobre el dilema clásico en software y cultura libre: difundir o compartir.

Y es que si alguien me pidiera un resumen del libro en pocas palabras, diría que es una animación a abandonar las percepciones que nos limitan en el sueño de imposibles, para poder dejar que la vida ocurra mientras estamos ocupados planificándola.

1 comentario en “Soñar lo imposible como modo de activismo”

  1. De acuerdo.
    Nuestras competencias están restringidas en la práctica a lo que creemos posible, por eso hay que intentar lo imposible.
    En esto se basa la Ontología del Lenguaje: hay un libro del filósofo y sociólogo chileno Rafael Echeverría con ese título donde desarrolla un nuevo planteo filosófico acorde con las necesidades actuales, que nos debería liberar de los enfoques metafísicos. Otros referentes en este enfoque (también chilenos) son el biólogo y filósofo Humberto Maturana y el ingeniero y lingüista Fernando Flores.
    Este es un tema apasionante.

    Ricardo

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