¿Alguien debe controlar Internet?

La respuesta a la pregunta es, inicialmente NO.

Sin embargo, tiene matices, Internet no debe ser controlada por alguien en particular, y los Estados nacionales deben garantizar que el respeto por la condición de bien público de internet se sostenga en el tiempo. Esto último no supone que no haya normas de ningún tipo. En todo caso, es un tema nada simple.

Una pequeña prueba de ello es la realización anual de conferencias con debates en torno a estos temas. La más próxima es la Global Multistakeholder Meeting of the Future of Internet Governance. Net Mundial, en Brasil en abril. Gracias a @marianendh por el enlace a los contenidos.

Hace algún tiempo, en noviembre del 2012, tomé la iniciativa de escribir a los representantes de Venezuela a la reunión anual de la WCIT pidiéndoles que asumieran una, que a mi juicio, debe ser parte de la postura de nuestro país en torno a una posible regulación mundial de Internet por pate de intereses particulares y/o comerciales.

El texto de lo que escribí puede leerse desde aquí, pero hoy lo reproduzco en este blog, porque siempre resulta interesante, creo, mirar hacia atrás y ver lo que se ha hecho y hacia dónde se ha venido mirando. En el mencionado correo yo escribía:

Saludos camaradas,
En la WCIT donde una de las propuestas a presentar será la consesión a la ITU del gobierno sobre internet, como ciudadana de un país en revolución política, social, cultural tecnológica y educativa, y desde el activismo por el software y el conocimiento libre, me siento llamada a pedirles que digan lo siguiente:
  1. Internet debe ser un derecho inalienable de la condición de ser humano. – Internet no puede ser para algo distinto sino para conectar ideas, espíritus y fuerzas para el bien de todos y no pueden prevalecer los intereses particulares sobre este mandato social .
  2. Internet no puede ser regulada o controlada por ningún interés privado: es un bien común, indivisible y que hoy día es sustento de los procesos creativos, divulgativos y formativos de buena parte de la humanidad.
  3. El acceso a internet, por el contrario, debe ampliarse, garantizándose que ni sexo, ni religión, ni condición socioeconómica o cualquier otra sea limitante para su acceso.
Como ciudadana de un país en revolución, yo esperaría que ustedes, que han sido escogidos como representantes y delegación de mi país, fijaran esa posición por todos quienes pujamos por el éxito de un mundo posible para todas y todos.
Que así sea.

Considero que es necesario construir un debate sobre qué papel juega internet en términos sociales y políticos. Sin embargo, también creo que hay varios elementos que deben ser aceptados como mínimos irrenunciables para poder hilvanar un debate coherente y productivo. Uno de ellos tiene que ver de modo directo con la exigencia de la neutralidad sobre la red.

Desde mi óptica no puede exigirse neutralidad en elementos que, bajo mi perspectiva, están irrenunciablemente ligados con el devenir social de las comunidades. Esto último es algo que evidentemente supera el tema de políticas públicas de Estado (de cualquier Estado) y allana el camino de la búsqueda y comprensión activa de los ciudadanos hacia las tecnologías.

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